Magdalena Andersson, primera ministra sueca dimite tras conocerse el resultado de las elecciones legislativas suecas. La causa no es el resultado de su partido que sigue siendo el primero del país con un 30% (+2%) sino el fracaso de su coalición gubernamental de izquierda que queda por debajo del bloque derecha+nacionalistas que con 176 escaños tiene la mayoría absoluta y la posibilidad de formar gobierno.
Es la señal inequívoca del fracaso del modelo socialdemócrata que desde los años 70 se ha empeñado en destruir la modela sociedad sueca para transformarla en una pesadilla multucultural (1).
Estos resultados abren un proceso de negociaciones. Dado que la mayoría absoluta la tiene el bloque derecha+nacionalistas y que el resultado electoral refleja un claro rechazo a las políticas socialdemócratas las opciones y las preguntas son dos.
La primera opción –la lógica- sería que Jimmie Akesson líder Demócratas Suecos (SD) que logra el 21% de las papeletas y que es la fuerza más votada del bloque de la derecha más votado, encabezase el nuevo gobierno. La segunda opción sería que lo hiciese el líder del segundo partido de la derecha Ulf Kristersson de los Moderados (17%), que en estas elecciones ha perdido sufrido el sorpasso en el bloque derechista en favor de SD.
Para saber qué opción será la final hay que tener en cuenta dos preguntas. ¿Exigirá Akesson ser el nuevo Primer Ministro? ¿El resto de partidos de la derecha, liberales y moderados y conservadores, continuarán aplicado en cordón sanitario a la “ultraderecha” de SD? Los cristiano-demócratas son los más reticentes a hacerlo, se rumorea la posibilidad de que pueden llegar a apoyar un gobierno socialdemócrata con tal de que SD no llegue al poder.
Se prevén unas negociaciones largas e intensas, Akesson ha hecho unas primeras declaraciones en todo abierto y constructivo, pero sin fijar aún una postura concreta:
“En segundo lugar, el pueblo sueco ha votado por un cambio de poder. Los éxitos en la elección, tanto para el lado azul-amarillo como para nuestro partido, implica una gran responsabilidad hacia los votantes, esa responsabilidad la manejaremos de la mejor manera y con el más profundo respeto. Ahora debe bastar con la fallida política socialdemócrata que durante ocho años ha seguido llevando al país en la dirección equivocada. Es hora de empezar a reconstruir la seguridad, el bienestar y la cohesión. Es hora de poner a Suecia primero. Los demócratas suecos serán una fuerza constructiva y motriz en este trabajo.
Ahora se está iniciando un proceso para definir en detalle cómo se estructurará el equipo ganador y es un proceso que llevará el tiempo que necesita, todo con el fin de construir un nuevo gobierno estable a largo plazo.
La fórmula del éxito de SD es sencilla: ser el único partido que se atreve a señalar las nefastas consecuencias de la inmigración masiva: inseguridad, la delincuencia, altísimo índice de violaciones y el radicalismo islámico en un país donde la izquierda y la derecha tradicional no se atrevía a decir una palabra crítica. Esa fórmula, unto un con proceso interno de moderación en las formas disparó a SD en las urnas del 0,1 en 1991 al 21% actual
Otros partidos y tendencias futuras.
En el apartado de otros partidos que suma el 1,4% de votos hay que destacar dos, por sus posturas y por sus posiciones antitéticas.
El primero es Alternativa por Suecia (1.26%), escindidos de SD que aboga por la revisión de todos los procesos de legalización y nacionalización de inmigrantes y su repatriación. Si el voto anti-inmigración se ha concentrado en SD, el discurso de AfS aumenta su apoyo en la opinión pública sueca. En una situación de radicalización por la inmigración, el futuro dirá si SD endurecerá su discurso o si AfS logrará crecer entre el electorado identitario sueco. Mucho dependerá de la gestión de SD en los cuatro próximos años
El otro partido es el islamista Nyans (0.44%) logrando resultados de entre el 20-25% en los suburbios de Estocolmo y Malmo. Nays fue fundando recientemente y cuenta con apoyo financiero y logístico del gobierno turco (2). Su crecimiento se debe a una tendencia es clara, los inmigrantes musulmanes en continuo crecimiento numérico, se sienten político-demográficamente más fuertes y ya votan directamente a sus propios partidos dando a las formaciones izquierdistas, que tradicionalmente recibía sus votos por amortizadas; el crecimiento de Nyans es a costa de los socialdemócratas y otras formaciones de izquierdas. Es el voto en clave etno-religiosa que cambiará el mapa político europeo. En los Países Bajos DENK, un partido de las mismas características ya está presente en el Parlamento neerlandés.
1. https://www.enricravellobarber.eu/2021/06/rinkeby-como-paradigma-del-fracaso.html#.YyRNxLTP2Uk
2. https://www.enricravellobarber.eu/2021/06/nuevo-partido-musulman-en-suecia-apela.html#.YyRNf7TP2Uk
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