No sé si se me ha olvidado alguna sigla o algún símbolo en el título del artículo. Las siglas de la sub-ideología de género crecen a la velocidad de la estupidez.
La ley húngara de protección de la infancia entró en vigor el pasado miércoles 23 de junio. En absoluto se trata deuna ley contra la “homosexualidad”, sino de medidas básicas de defensa y protección de la infancia magiar. Para contrastar la realidad con las histéricas reacciones de lo políticamente estúpido, no hay más que leer sus puntos principales y concluir que es simplemente sentido común convertido en derecho positivo.
1.Se prohíbe publicar en espacios a los que los menores tienen acceso contenidos sobre la homosexualidad, presentación arbitraria de la sexualidad o el cambio de sexo.
2.Se prohíbe a los docentes responsables de la educación sexual en las escuelas hagan propaganda de la homosexualidad o el cambio de sexo
3.La educación sexual en escuelas solo podrá ser compartida por organizaciones registradas por el Estado.
4.Se prohíbe la emisión de anuncios que contengan alguna presentación arbitraria de la sexualidad, el cambio de sexo o la homosexualidad.
5.Se crea una base de datos nacional de delincuentes sexuales.
6.Se endurecen las penas por delitos sexuales cometidos contra menores.
7.
Se excluye
de ciertos trabajos que han cometido delitos sexuales contra los menores
¿Quién puede estar contra estas normas, exceptos los delincuentes sexuales y los pederastas? Pues no ha sido así, la presidente de la UE, La presidenta de la UE, Ursula von der Leyen, que debería ser mucho más prudente al valorar las leyes aprobadas por el parlamento de uno de los Estados miembros, declaró no sólo que “esta ley claramente discrimina personas en base a su orientación sexual” –suponemos que no ha leído la ley- añadiendo ni más no menos que “va contra todos los valores fundamentales de la Unión Europea”. Ignoramos donde la UE ha establecido que la propaganda homosexual entre los menores de edad sea uno de sus valores fundadores, pero ya sabemos Von der Leyen habla desde la histeria, los prejuicios y el odio, lejos de la serenidad y objetividad que requiere su cargo. Por supuesto el gobierno húngaro no tardó en contestar lo obvio calificando las declaraciones de la presidenta de la UE de “vergüenza, que se basan en alegaciones falsas”.
El primer ministro neerlandés, Mark Rutte, se ha atrevido a decir loque la sibilina von der Leyen solo se atrevió a insinuar declarando que “Hungría no puede seguir en la UE”. Lamentándose que esa decisión tenga que ser tomada por los 26 estados miembros, es decir –él sí- hace declaraciones contra las normas fundacionales de la UE y su funcionamiento, pero claro, en este caso nadie lo señala. La respuesta del Primer Ministro húngaro, Viktor Orban ha sido tan claro como lógica “no vamos a aceptar que ningún otro país miembro de la UE nos diga cómo hemos de educar a nuestros niños”.
Muy pocos días el Parlamento español aprobaba la llamada “ley trasn” que contempla aberraciones como que los niños puedan cambiar de sexo a partir de los 12 años y que se sustituyan los términos padre y madre por “progenitores. Con el aplauso y la aquiescencia de Von der Leyen y todos los gobiernos de la zona occidental de la UE. Una señal más del abierto conflicto ideológico entre el bloque oriental y el occidental dentro de la Europa comunitaria.
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