
1.569 años después de que romanos y germanos derrotaran a
Atila en los Campos Cataláunicos.
449 años después de que Europa aliada bajo el nombre de la
Santa Alianza venciera a la marina turca en Lepanto.
337 años después de que un ejército conjunto europeo
expulsar a los turcos de las puertas de Viena.
Europa se enfrenta de nuevo a las hordas asiáticas que
quieren invadir nuestro continente, y esta vez, como hace 2.500 años vuelve a
ser en Grecia, ese lugar sagrado y simbólico para la cultura europea.
Como en su anterior asalto el Turco sabe que Grecia es el
punto de entrada a los Balcanes, la puerta del Danubio, desde donde se puede
dominar toda Europa. Las rutas de entrada de “refugiados” que estamos viendo
estos días, repiten la ofensiva turca de hace siglos, sólo que esta vez
atraviesan el Danubio y llegan a los mares del norte de Europa, el Báltico y el
mar del Norte. Es una ofensiva demográfica total.
Todos sabemos que no se trata de la llegada de refugiados
sino de una conquista etno-religiosa por parte de los turco-islámicos, algo que
confirma sin la menor duda su presidente el sultán Recep Erdogan al declarar: “El
ejército turco es el último reducto del islam que muere por Alá. Todo el mundo
verá de lo que es capaz el ejército turco”.
Y esta vez Turquía cuenta con la colaboración inestimable
del “enemigo interior”, la prensa multiculturalista e inmigracionista, de la
que TV3 es el ejemplo más despreciable y las ONG financiadas por ese aventajado
aprendiz de diablo que es George Soros.
Europa no se ha rendido, el primer ministro húngaro, Viktor
Orban, uno de los baluartes de nuestra civilización ha anunciado la
movilización del ejército húngaro. Hungría vuelve a hacer honor al juramento
que hicieron sus nobles al emperador sacro-germánico Otón I en el siglo X,
quien tras vencerlos, les dejó instalarse en Panonia (actual Hungría) a cambio
de defender a Europa de cualquier invasión asiática, cumplieron en 1956 y
cumplen en 2020. Su honor es su lealtad a la palabra dada. Con ellos también
anuncian su movilización todos los países eslavos del grupo de Visegrado, ellos
son la Europa de la dignidad. En 2020 volveremos a vencer si Europa pierde toda
esperanza de ayuda exterior (OTAN) y sus ejércitos actúan unidos en clave
europea y no atlantista. Una nueva victoria de esta alianza europea podría marcar
un punto de inflexión para recuperar la idea de ejército europeo único.
Los Balcanes son la zona geopolítica más importante para
mantener la paz y la estabilidad de Europa, por eso nos atacan ahí, pero por
eso mismo –como señala el geopolítico Robert Steuckers- “los europeos deben
mostrar una unidad inflexible en los Balcanes y deben evitar cualquier margen
de maniobra de Turquía en esa región”.
Estos días nos están llegando imágenes de Grecia y de cómo
sus soldados y sus ciudadanos están haciendo frente con valentía, con honor y
con orgullo a los invasores, están demostrando que por sus venas aún corre la
sangre de los 300 de Leónidas. La
esperanza de la victoria y la resurrección del orgullo europeo existe, ellos
son la muestra.
“Volved con vuestros escudos o sobre ellos”, decían las
mujeres espartanas al despedir a sus hombres. Ni un paso atrás, Europa se
defiende en Grecia.
Enric Ravello Barber.
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