
No sabemos
si la economía británica crecerá o no en 2020, pero en ningún caso será
consecuencia –positiva o negativa- del Brexit.
Con la
aprobación del Brexit, la situación aduanera y comercial entre el Reino Unido y
la UE se mantendrá igual durante todo el proceso transitorio, es decir a
efectos prácticos Reino Unido sigue siendo miembro dela IUE, con lo que no hay
cambios arancelarios ni procesos de despachos aduaneros.
El periodo
transitorio está fijado para un año, durante el cual la UE y el Reino Unido tendrán
que negociar cuál será la nueva relación aduanera entre ellos. Reino Unido
dejará de aplicar el código aduanero común de la UE y tendrá que elaborar uno
nuevo y propio
La UE ha
dicho que 1 año es un periodo demasiado corto, pero Boris Johnson a declaró que
Reino Unido no lo alargará ni un día más.
Es
imprevisible cómo puede terminar esta negociación. Londres aspira a tener un trato similar al de Suiza o Noruega, es decir que
haya trámite aduanero entre Reino Unido y la UE (ésa es la consecuencia directa
e inevitable de la salida) pero que la emisión de un certificado (EUR-1)
suponga la no existencia de ningún tipo de arancel, o un acuerdo especial como
los firmados con Australia y Canadá. La UE no ha definido su postura que irá
determinando según se negocien las cuestiones concretas, por lo que Reino Unido
puede tanto lograr el status que desea, como convertirse en un “tercer país”, o
como –sería el peor de los casos- convertirse en un “tercer país” con
restricciones e impuestos más elevados.
Por lo tanto,
no existe ninguna posibilidad de evaluar las consecuencias del Brexit hasta el
año que viene, ni tampoco de determinar si el Brexit finalmente será “duro” o
“blando”.
Otro punto
en el que partidarios y detractores exponen sus argumentos es el del famoso
“colapso” de la frontera y los posibles problemas de abastecimiento. Igual que
en el punto anterior no se puede determinar nada hasta que el periodo de
transición no termine, pero lo que en este caso sí es seguro –finalice como
finalice la negociación- es que los productos de la UE tendrán que pasar trámite
aduanero a la entrada en Reino Unido y los productos británicos lo mismo a la
salida hacia la UE; esto provocará que todos los camiones y barcos que ahora
entren y salen del Reino Unido sin detenerse en la frontera, tendrán que
hacerlo y esperar a que se apruebe el trámite aduanero e la mercancía que
transportan para entrar y/o salir del territorio británico, que esto provoque o
no un colapso en carreteras y puertos dependerá en primer lugar de la agilidad
de las autoridades aduaneras británicas y en segundo lugar de la cantidad de
trámites aduaneros requeridos, lo que será consecuencia directa de cómo queda
la negociación comercial y aduanera entre Londres y Bruselas.
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