
Primaveras árabes
Como ya
dijimos en artículos pasados, las llamadas “primaveras árabes” no eran más que
una operación de Estados Unidos para desestabilizar el Norte de África y
Oriente Próximo, dejarlo en manos de islamista y provocar éxodos de población a
Europa. Un caso evidente es el de la Libia de Gadaffi, como recientemente
recordaba el primer Ministro húngaro, Viktor
Orban, un Estado eficaz contra las mafias de la inmigración y hoy, después de
la intervención “humanitaria”, de EEUU, Reino Unido y Francia un caso en manos
del islamismo radical y uno de los puntos clave de la invasión inmigrante a
Europa.
Un segundo objetivo
clave de esas “primaveras” era destruir al régimen nacionalista, laico y socialista
de Assad en Siria, para ello EE.UU,
Londres y París (con el apoyo explícito de Rajoy) se dedicaron a armar e
instruir militarmente a los grupos de la oposición yihadista, de los que ha
surgido el criminal Estado Islámico, mientras ordenaban el embargo de armas al
legítimo régimen sirio. Del caos creado
por las potencias occidentales y sus consecuencias dramáticas todos tenemos
noticias, afortunadamente en este caso, la Rusia de Vladimir Putin, se ha reafirmado en su posición de ayudar
militarmente el gobierno de El Assad y la semana pasada envió materias y tropas
para que Damasco puede continuar su batallan contra los criminales integristas.
…otoño europeo.
Más allá de
todo esto, existe la voluntad de provocar el caos en las sociedades europeas.
La inmigración es el arma del mundialismo (de aquel llamado Nuevo Orden
Mundial) para eliminar nuestra identidad como civilización. Es una evidencia
que nadie puede negar objetivamente, la inmigración ya existen, sus tasas de
natalidad y el rimo de llegada de refugiados -300.000 en 2014, 800.000 en 2015
y 2.000.000 previstos para 2016- convertirá a la población europea pronto en
minoritaria en muchas zonas de nuestro continente.
Grandes culpables
de toda esta situación son los gobiernos europeos, gobiernos que hoy soy
incapaces de defender sus fronteras y su población. Una UE que es incapaz de
trazar una política exterior propia que no sea seguidismo de EE.UU.
Las primeras
medidas para solucionar este crisis, es que la UE tenga la valentía de cerrar
sus fronteras de inmediato (los refugiaos deben ir a los riquísimos países del
Golfo con quien comparten religión y costumbres) y atacar militarmente hasta
destruir sin piedad el Estado Islámico –uno de los culpables de la situación
que está provocando este éxodo masivo. Pero la única solución real y estable es
le llegada al poder de gobiernos que pongan ante todo la defensa de sus
ciudadanos, su seguridad y sus sociedades sin complejos estúpidos, ni sumisión psicológica
y política a esta invasión organizada que tiene como objetivo la destrucción de
nuestros países y de nuestro modo de vida.
Enric
Ravello Barber.
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