dimarts, 4 de febrer del 2020

PRECISIONES SOBRE LA APLICACIÓN Y EL IMPACTO ECONÓMICO-COMERCIAL DEL BREXIT.


Tras la aprobación del Brexit, partidarios y detractores han hecho diversos comentarios para reforzar su posición, los catastrofistas anuncian un 2020 desastroso en los económico para el Reino Unido, mientras que los defensores hablan de un crecimiento espectacular este año del que ya se empezarían a notarse los primeros síntomas.

No sabemos si la economía británica crecerá o no en 2020, pero en ningún caso será consecuencia –positiva o negativa- del Brexit.
Con la aprobación del Brexit, la situación aduanera y comercial entre el Reino Unido y la UE se mantendrá igual durante todo el proceso transitorio, es decir a efectos prácticos Reino Unido sigue siendo miembro dela IUE, con lo que no hay cambios arancelarios ni procesos de despachos aduaneros.

El periodo transitorio está fijado para un año, durante el cual la UE y el Reino Unido tendrán que negociar cuál será la nueva relación aduanera entre ellos. Reino Unido dejará de aplicar el código aduanero común de la UE y tendrá que elaborar uno nuevo y propio
La UE ha dicho que 1 año es un periodo demasiado corto, pero Boris Johnson a declaró que Reino Unido no lo alargará ni un día más.

Es imprevisible cómo puede terminar esta negociación. Londres aspira a tener un trato similar al de Suiza o Noruega, es decir que haya trámite aduanero entre Reino Unido y la UE (ésa es la consecuencia directa e inevitable de la salida) pero que la emisión de un certificado (EUR-1) suponga la no existencia de ningún tipo de arancel, o un acuerdo especial como los firmados con Australia y Canadá. La UE no ha definido su postura que irá determinando según se negocien las cuestiones concretas, por lo que Reino Unido puede tanto lograr el status que desea, como convertirse en un “tercer país”, o como –sería el peor de los casos- convertirse en un “tercer país” con restricciones e impuestos más elevados.
Por lo tanto, no existe ninguna posibilidad de evaluar las consecuencias del Brexit hasta el año que viene, ni tampoco de determinar si el Brexit finalmente será “duro” o “blando”.

Otro punto en el que partidarios y detractores exponen sus argumentos es el del famoso “colapso” de la frontera y los posibles problemas de abastecimiento. Igual que en el punto anterior no se puede determinar nada hasta que el periodo de transición no termine, pero lo que en este caso sí es seguro –finalice como finalice la negociación- es que los productos de la UE tendrán que pasar trámite aduanero a la entrada en Reino Unido y los productos británicos lo mismo a la salida hacia la UE; esto provocará que todos los camiones y barcos que ahora entren y salen del Reino Unido sin detenerse en la frontera, tendrán que hacerlo y esperar a que se apruebe el trámite aduanero e la mercancía que transportan para entrar y/o salir del territorio británico, que esto provoque o no un colapso en carreteras y puertos dependerá en primer lugar de la agilidad de las autoridades aduaneras británicas y en segundo lugar de la cantidad de trámites aduaneros requeridos, lo que será consecuencia directa de cómo queda la negociación comercial y aduanera entre Londres y Bruselas.
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