Para los amantes del arte en general y de la arquitectura en particular, Antonio Palladio (1508-1580) es la referencia de las hermosas villas venecianas construidas en el siglo XVI con una estética que recuperaba los cánones arquitectónicos renacentistas y que influyó en las construcciones de viviendas similares en siglos posteriores.
Sin duda, el valor artístico estético de Palladio es importante. Pero la constricción de esas villas nos fue sólo un momento artístico sino la manifestación arquitectónica de un momento socio-político: la expansión de la República Véneta en la llamada “Terra Ferma” en base a un modelo territorial concreto y una economía de explotación agrícola.
La República Véneta, potencia marítima y comercial, sufre un impacto negativo en su economía con el descubrimiento de América. A partir de ese momento la Monarquía Hispánica y Portugal dominan el comercio mundial, la ruta marítima al Mediterráneo oriental y a Asia pierde su importancia, y con ello el poder comercial de Venecia. “La Serenissima” tiene que buscar otros recursos económicos que compensen esta pérdida y lo encuentra en la Terra Ferma. Venecia que, hasta entonces, era un potencia exclusivamente marítima y volcada al Adriático y al Mediterráneo, mira hacia el interior y descubre en la llanura occidental un territorio por el que expandirse y con el que implementar un modelo económico agrícola muy rentable. Esta explotación agrícola proporcionará un rápido crecimiento demográfico y económico que permitirá a Venecia seguir enfrentando con fuerza y vigor a su secular enemigo: el Imperio turco.
La expansión de Venecia por la Terra Ferma, despertó un gran recelo entre sus vecinos y a finales del siglo XV asistimos a una guerra en las que todas las potencias italianas y europeas -incluidos los Estados Pontificios- se enfrentan a la Serenísima. La victoria final es de Venecia, que había sido defendida principalmente por su elite urbana, el Doge y el gobierno de Venecia son conscientes de que esa elite de la ciudad es la base política del Estado y prima su fidelidad, apoyando su expansión por la Terra Ferma. Esta expansión tendrá un modelo arquitectónico único, las villas paladinas.
Antonio Palladio diseña un modelo de villa que es el centro de una explotación agrícola de tamaño media-grande y que será la base económica de la Venecia interior. La construcción recupera la estética renacentista en contraposición a la estética medieval de castillo y murallas que resultados inútiles militarmente durante las guerras mencionadas, ahora el modelo ideológico es la Pax Venetiana que la Sereníssima ha logrado con sus victorias. Por lo tanto, no hay elementos defensivos, ni murallas ni torres, la explotación es abierta y la estética de la villa también. Un nuevo lenguaje estético para una época de paz y expansión.
La palabra que usa Palladio para definir sus edificaciones es la de “case” (que podemos traducir de forma imperfecta como casa) habiendo de “città” y de campo, o “villa”, las más conocidas. Se evita la palabra palazzo, porque en Venecia sólo existe uno, el Palazzo Ducal donde vive la máxima autoridad política. La “casa” tiene una estructura arquitectónica ad hoc que se repiten en todos los edificios siendo el piso de abajo el dedicado a las funciones agrícola-ganaderas; el segundo piso con un eje central que distribuye tres habitaciones a la derecha y tres a la izquierda el destinados a las habitaciones de la familia y zonas de estudio y reuniones “virtuosas con los amigos”, es la manifestación de una determinada idea de modelo social. El piso de arriba es donde se alberga el servicio. Palladio construía con las paredes interiores en un color gris claro, pero generalmente los dueños de las mismas, posteriormente encargaban a algún pinto famoso la decoración de las mismas con frescos.
La villa siempre se edifica cerca de un canal que es la red de comunicaciones entre la Terra Ferma y la capital véneta.
En el siglo XVIII el modelo de Palladio es el que inspira las casas coloniales en Estados Unidos, las famosas casas de “Los que el viento se llevó” son de inspiración palladiana. Jeferson, el presidente de EE.UU., fue un gran estudioso de Palladio y del modelo de fisiocracia (explotación agrícola) de la República Véneta, modelo fundacional de los Estados Unidos, él fue quien declaró que la Casa Blanca es una mansión que se basa en criterios fisiocráticos como lo fueron las villas de Palladio.
No fue EE.UU. el único país americano que tuvo influencias palladianas. Como es lógico, Argentina país de destino de tantos vénetos, reprodujo modelos de villa palladianas, especialmente en San Juan.
0 commentaires