La delegación de SOM Catalans, llegó a Amberes el viernes 25 por la noche, allí nos esperaba esperaba el vicepresidente del Parlamento flamenco, Filip Dewinter, gran amigo personal y político. Nos habían preprado una cena tradicional flamenca como siempre acompaña de abundante cerveza el mítico local “El León de Flandes”, un lugar que ha de visitar para cualquier europeo defensor de la identidad
La mañana siguiente, toda la delegación nos trasladamos junto a Filip Dewinter a Diksmuide.
Durante la Primera Guerra Mundial se desarrollaron en esta zona las más duras batallas del conflicto. Los alemanes habían avanzado rápidamente por toda Bélgica, pero para defender una pequeña franja de territorio, los militares belgas desbordaron el río e inundaron toda esta zona aquí quedó establecida la línea del frente entre el ejército alemán y las tropas aliadas. No hubo avances significativos por parte de ninguna de los dos ejércitos, sólo una brutal guerra de trincheras que constó muchísima sangre. Fueron cuatro años de muerte y dolor.
La peor parte fue para los soldados flamencos. Bélgica era parte de los Aliados. Formada como estado artificial hacía escasamente un siglo. Como Estado absurdo Bélgica se fundamentaba en el sometimiento de la mayoría neerlandesa (flamenca) a la minoría valona (francesa). En el ejército esto se concretaba en una oficialidad francófona, y una tropa -movilizada para la Guerra- esencialmente neerlandófona, como Bélgica era un puro artificio, ni los oficiales hablaban neerlandés y ni la tropa entendía francés. El resultado fue trágico, al no entender las órdenes de sus “propios” oficiales” los soldados flamencos estaban desorientados y fueron blanco fácil de las tropas alemanas, cayeron en un número desproporcionado. El nacionalismo flamenco todavía reprocha -y con razón- aquel drama al Estado belga.
Finalizada la PGM el movimiento nacionalista flamenco se hizo más fuerte. Con la llegada del Nacionalsocialismo al poder en Alemania, los lazos ideológicos y políticos entre el movimiento flamenco y Alemania se hicieron cada vez más estrechos. En Diskmuide se construyó una gran cruz en recuerdo a los soldados flamencos caídos en la PGM, fue un lugar de peregrinaje del nacionalismo flamenco entreguerras y también de autoridades de la Alemania NS una vez Bélgica fue conquistada por el III Reich.
Durante la SGM, miles de voluntarios flamencos se enrolaron en las SS para combatir a la URSS, esto hizo aún más claros los lazos entre en nacionalismo flamenco y la Alemania NS. Después de 1945 el estigma de colaboracionismo cayó sobre todo el movimiento nacionalista flamenco. La “resistencia” comunista belga voló parcialmente la cruz de Diskmuide. Pero los nacionalistas flamencos no se amedrentaron, construyendo una cruz réplica de la anterior y enfrente de la misma; y durante años ese recinto -en el que se encuentran la antigua y la nueva cruz- fue el lugar mítico de las grandes reuniones del nacionalismo flamenco -de unas 50.000 personas cada año- al que acudían nacionalista de toda Europa. Desde hace pocos años las autoridades prohibieron esas manifestaciones, pero el lugar sigue siendo visitable, aunque el personal encargado te deja claro que se puede hacer visita histórica, pero sin ningún símbolo político.
Esa misma tarde, hicimos una visita al Flandes bajo soberanía francesa, donde asistimos a festivales flamencos, con luchas medievales y exposiciones de la antigüedad germánica. El jacobinismo francés no ha podido eliminar la identidad flamenca que persiste con fuerza en esta parte de la nación flamenca.
Desde hace años la antigua reunión de Diskmuide se celebra en la cercana localidad de Ijzerwake, en un terreno que es propiedad del movimiento nacionalista flamenco. Ahí fuimos, por la tarde, a compartir con los camaradas flamencos cervezas, salchichas, patatas fritas (invento flamenco) y canciones populares y nacionalista europeas.
La mañana del domingo tuvo lugar el acto central. La campa donde se desarrolla estaba decorada con multitud de banderas flamencas y de la Gran Holanda (naranja-blanco-azul). El acto comenzó con una ofrenda floral en recuerdo a los soldados flamencos muertos en las dos guerras mundiales.
A continuación, tuve el honor de pronunciar unas breves palabras que fueron recibidas con afectuosos aplausos por las miles de personas presentes en el acto.
És un honor per a mi participar a la reunió d'IJzerwake aquí al camp de batalla de la Primera Guerra Mundial.
És el moment del record per a tots els soldats europeus que han lluitat en les dos
guerres civils europees. No més guerres entre germans. Els pobles europeus han de estar units contra la islamització,
units contra el multiculturalisme
units la immigració massiva
units contra l´ideologia woke
perquè Europa pugui seguir sent europea.
Benvolguts amics flamencs,
Lluitem la mateixa lluita que vosaltres: el nostre futur català, el vostre futur és flamenc.
Des de Catalunya us volem fer arribar la nostra salutació i el nostre suport.
Flandes per als flamencs
Catalunya per als catalans.
Visca l'Europa de les cent banderes,
‘Lang leve een vrij en onafhankelijk Vlaanderen!’)
Tras varios parlamentos más, el acto oficial concluyó con los himnos bóer, flamenco y neerlandés.
Por la tarde hubo tiempo para bailes populares y camaradería en los diversos puestos de las diferentes asociaciones flamencas y panneerlandesas participantes, así como un lugar para juegos de familias con niños.
Tras varias entrevistas a Filip Dewinter por parte de medios flamencos y neerlandeses abandonamos el lugar del acto. A la salida del mismo había una pancarta llena de simbolismo
“Mi padre luchó en el Frente del Este
So flamenco y me siento orgulloso”
Hace referencia a los voluntarios flamencos que participaron en el Gran Ejército europeo en la Segunda Guerra Mundial, y que tras la derrota del 45 fueron perseguidos y estigmatizados por la “justicia belga”.
Por la tarde hicimos una visita al cementerio británico de Tynbe Cot y al alemán de Langemarck, con caídos de las PGM.
Posteriormente en Iepen participé en el homenaje a todos los soldados caídos en la PGM depositando una corona de flores junto a Filip Dewinter.
Terminó la jornada con una cena tradicional en un típico restaurante rural flamenco.
Unos días memorables compartidos con el mejor movimiento nacionalista que hay en Europa: el flamenco.
Viva la Europa de los pueblos!
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