La selección de fútbol irlandesa se arrodilló vergonzosamente cumpliendo el ritual de los eunucos antes de su partido contra Hungría en Budapest.
Los jugadores de Hungría se mantuvieron orgullosamente en pie, mientras el público hungaro silbaba la humillante actitud de los irlandeses.
El seleccionador irlandés, Stephen Kenny, se ha atrevido a criticar al público húngaro por mantener la dignidad y protestar contra la rendición y la sumisión del combinado irlandés a la repugnante propaganda anti-blanca.
Me entristezco por Irlanda.
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