Durante la era Trump, la política de contención migratoria de su Administración supuso una disminución la misma, que no tenia garantías de llegar a su destino final. Con la llegada de Biden a la Casa Blanca y su nuevo programa en materia de inmigración, la situación ha cambiado. La insensata política de puertas abiertas y de regalo de nacionalidad a ilegales ha provocado una nueva estampida hacia Estados Unidos que ahora está pensando cómo poder implicar al Gobierno mexicano en resolver un problema que ellos han vuelto a activar.
El “efecto llamada” generado por Biden ha provocado una avalancha migratoria sin precedente, que ni Estados Unidos puede asumir, ni México podrá gestionar. El efecto inmediato es una situación caótica en la frontera norte del Estado mejicano, con los consiguientes problemas de orden y seguridad en una de las zonas ya de por sí más conflictivas e inseguras del mundo.
En pocos meses Biden está demostrando que su política exterior está basada en una combinación de irresponsabilidad y provocación que convierte a Estados Unidos en un actor desestabilizador y poco confiable.
ER.
https://www.elmundo.es/internacional/2021/03/18/6053a07bfdddff65038b45ca.html
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