Tras varios
años en mal estado de salud, Vladimir Avdeyev moría de COVID el pasado 5 de
diciembre en Moscú. Conocí a Avdeyev en el I Encuentro del Mundo Blanco (2006)
que organizó el filósofo identitario ruso Pavel Tulaev, un hito metapolítico en
la defensa de nuestra identidad y nuestra civilización y un primer paso en la
colaboración entre los pensadores identitario de Europa, de Rusia y de la
América europea, ambos pronunciamos nuestras respectiva ponencia, como así lo
hicieron el resto de participantes, en un entorno realmente estimulante desde
el punto de vista intelectual. Tras el cierre de las conferencia de aquel I
Congreso del Mundo Blanco tuvo lugar en la Casa de Música Eslava un concierto
de música clásica en honor de los participantes a cargo de la Orquesta de la
Academia Nacional Rusa dirigida por el maestro Anatoly Poletayev, dirigiendo
piezas de Grieg, Glinka, Tchaikovsky y Rachmaninov. El día siguiente una visita
a la Galeria Tretyakov donde pudimos disfrutar de la visión de obras maestras
del arte ruso, concluyendo con la visita al Mueso del pintor Konstantin
Vasiliev, un destaco pintos de la época soviética de temática histórica y
mitológica.
Durante años seguimos manteniendo una permanente relación por correo-electrónico centrada en cuestiones antropológicas, históricas y metapolíticas.
Días después, el 14 de diciembre, Eddy O´Sullivan un veterano militantes identitario británico también atravesaba la muerte para dirigirse al lugar donde los luchadores descansan eternamente. Pocos días después de superar el COVID, no pudo hacer lo mismo con un maldito cáncer recientemente detectado
Eddy era el típico militante sindical hasta que se dio cuenta de que la izquierda no defendía al trabajor británico sino a los inmigrante, fue entonces -en los años 90- cuando se afilió al BNP de John Tyndall, en el que se forjó en los duros tiempos de los partidos identitarios británicos y así es como le conocimos: valiente, maravillosamente fanático, entregado, leal hasta el final y más allá.
Como jefe local del BNP organizóv en 2012, junto al editor Manuel Quesada, una conferencia mía en Mánchester, ocasión que aprovechamos para conocer la situación de la inmigración en la tercera ciudad inglesa, realmente dramática con grandes partes de la ciudad absolutamente islamizada, recuerdo que pasamos por las puertas de varios colegios a la hora de salida de los niños, la abrumadora mayoría de las madres llevaban velo o burka. En aquel momento el BNP, garantía de una nacionalismo identitario firme, había logrado el 6,5% y dos eurodiputados en el Parlamento europeo, con uno de ellos Nick Griffin, me reuní por intermediación de Eddy, el día siguiente de mi conferencia en la preciosa ciudad de Chester, donde recuerdo que hablamos sobre las incursiones anglo-sajonas detectadas ya en los siglo I-II d. C., es decir siglos antes de la invasión masiva, y de las diversas formas de articular a las fuerzas identitarias de toda Europa.
Dos años
después Eddy, aprovechó sus cortos días de vacaciones en Benidorm para hacer
propaganda del BNP entre la población británica de la localidad, yo me desplacé
hasta allí para ayudarle en esta tar
ea, para él no había ni vacaciones, ni
días, ni horas: Todo era entrega.
En 2017 aprovechando una viaje personal a Mánchester –nunca hay viaje personal sin actividad política- volvimos a vernos, él me organizó una entrevista para una radio nacionalista británica en la que expliqué la situación política y migratoria en Cataluña, creo haber sido la primer persona que habló de Cataluña en medios nacionalistas británicos, luego fuimos a cenar juntos y pedimos cerveza inglesa (ale) y “fish and chips” en la versión más tradicional, quedamos pronto porque Eddy madrugaba al día siguiente, para seguir sacando adelante su pequeña empresa de transporte, pero sí recuerdo que de camino a su coche aún tuvimos tiempos de reírnos del una ridícula propaganda “antirracista” que habían puesto en una parada de autobús. Así era él, pura pasión, pura fuerza, y sobre todo honor y dignidad.
Dos amigos, uno ruso y otro inglés, que se van y nos dejan su recuerdo su testimonio y su sueño por hacer –que también es el mío- la creación y coordinación de una elite identitaria europea.
Eddy siempre respondía a las dificultades con la frase “Never Surrender”, él –donde esté- no lo hará, nosotros tampoco y seguiremos formando a las generaciones que continúen en esta lucha sagrada y eterna por nuestra la vida y la existencia de la civilización europea. Que nadie jamás piense en nuestra rendición.
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