Fuimos los
primeros en señalar positivamente las posiciones del entonces candidatos Donald
Trump sobre política exterior y sobre su enfrentamiento al islamismo y al
terrorismo internacional generado por las monarquías wahabitas. Ahora tenemos
de ser los primeros también en señalar que la política que está desarrollando
Trump es justo la opuesta a la prometida durante su campaña electoral. Como
ejemplo su reciente visita a Arabia Saudita.
Hemos de
recordad que durante la campaña Trump acusó a Arabia Saudita de ser la culpable
de los atentados del 11S y afirmó que les haría pagar por ello; dejó claro que
en su opinión Arabia Saudita era el financiador principal del terrorismo
salafista, y de propagar el islamismo más radical por todo el mundo.
La semana
pasada, vimos al mismo político que realizó esas afirmaciones hace pocos meses, bailando
con las autoridades saudíes una danza tribal árabe, con la bandera de Arabia
Saudita de fondo, en la que aparece en letras blancas sobre fondo verde, la
frase: “No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta”, y firmando un contrato de 110.000 millones de dólares
de ventas de armas a la tiranía wahabita. Además Trump olvidó todas las acusaciones
de terrorismo hacia Arabia Saudita para adoptar la posición geopolítica de las
petro-monarquías integristas del Golfo, señalando como agente terrorista a
Irán, enemigo de los saudíes que nada tiene que ver con el llamado terrorismo
yihadista. Un cambio de posición de Trump que hace pensar o en su falta de
convicción real o en su esquizofrénica capacidad de cambiar de opinión en
cuestiones internacionales, lo que le convierte en un líder mundial poco
confiable.
Por cierto
los pocos días de la vista de Trump a Arabia Saudita, un wahabita volaba por
los aires a 22 niños y adolescentes en Manchester. Era un “refugiado” huido del
régimen de Gadafi al que los Estados Unidos decidieron derrocar provocando el
caos en el país hoy regido por islamistas, de la misma ideología que el asesino
de Manchester.
Tema aparte,
y del que se ha dado mucha información en los medios, como si fuera lo
realmente importante, ha sido la presencia de Melania Trump sin velo durante su
visita a Riad, es una demostración más de la poca dignidad y la miseria moral de las autoridades saudíes, dispuestas a
lapidar a mujeres por cualquier motivo, pero callados como gusanos cuando una mujer
poderosa se burla en su cara de sus principios religiosos. Esa es su miseria moral.
Ahora ya lo
sabemos los Estados Unidos de Trump no son ni serán un aliado contra el
integrismo wahabita, más bien lo contrario. Como siempre sólo una política
seria, por parte de una Europa potente política y militarmente podría hacer
frente a esta amenaza global para todos los europeos. Pero nadie parece
dispuesto a entenderlo ni a aplicarlo.
Enric Ravello Barber.
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