La coalición mundialista desde el aire, con la ayuda de sus marionetas islamistas en tierra habían derrocado el régimen libio. El objetivo era tener un control directo del petróleo y provocar el caos migratorio que desde África se dirigía a Europa y que Gadafi había logrado bloquear en Libia, persiguiendo duramente a las mafias de la inmigración.
Con su caída, las grandes petroleras explotaron sin problemas el crudo libio y las mafias de la inmigración llenaron las islas del sur de Italia de inmigrantes procedentes del África negra. Desde entonces, Libia país sigue sumida en el absoluto caos.
Rusia aprendió la lección. A Putin le impresionaron las imágenes del linchamiento y posterior asesinato de Gadafi. La lección aprendida por Moscú hizo que Rusia interviniera con toda su fuerza militar para apoyar al presidente sirio El Asad, evitando que los gobiernos y las mafias mundialistas y los asesinos islamistas cumplieran la sentencia que habían dictado contra él
Desde su contundente intervención en Siria, Rusia recuperó su papel como gran potencia militar en el tablero mundial
En la foto Gadafi con el gran líder austro-alemán y europeo Jörg Haider, también “muerto” hace trece años.
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