Durante décadas CiU ha representado el orden, la laboriosidad, el sentido común, el emprendimiento, la responsabilidad, en cierta medida los valores tradicionales de Cataluña, no voy a entrar en sí los representaba bien o no, ni a analizar la de CiU, ni es el objetivo de este artículo ni es un tema que ahora me interesa profundizar, pero sí lo hago porque se trataba de una percepción general y en sociología política la percepciones es lo que mandan. La semana pasada Laura Borràs, la candidata de JxC –el partido que se puede calificar como el heredero principal de la gran masa de votantes de los CiU- visitaba, se solidarizaba y ponía como referencia positiva a un rapero comunista encarcelado por rociar a periodistas y por agresiones diversas, además de por “cantar” (¿?) raps en los que anima a reventar cabezas a tiros y llama “zorras, perras y ninfómanas” a las mujeres.
La detención del tal Pablo, ha provocado una semana de intolerables incidentes, protagonizados en gran parte por lumpen anarquista e inmigrantes saqueadores en los que hemos visto intentos de asesinatos a policía y saqueos masivos de tiendas y comercios. Disturbios que alejan mucho a Cataluña de la pretendida imagen de la “·Dinamarca del sur” y la acercan peligrosamente a la de “Uganda del norte”. Barcelona y Cataluña hace tiempo que se han convertido en el terreno operativo de islamista, inmigrantes y anarquista con el beneplácito y la colaboración intele4ctuial solapada de la nefasta Ada Colau al frente del Ayuntamiento de Barcelona y de JxC-ERC al frente del Gobierno de la Generalitat. Unos disturbios que no han sido apoyados y aplaudidos por la CUP a los que ERC y también JxC han compartido y reconocido la autoridad moral a la dialéctica de la formación anarco-trozskista, que ha llegado a pedir la disolución de la BRIMO –cuero policial al que enviamos todos nuestro apoyo- y ni siquiera el conceller de interior Miquel Semper (JxC) se ha atrevido a defender. Ésta es la vergüenza absoluta de país y de gobierno que tenemos. A nadie debe extrañarle mucho esta deriva, desde el inicio del llamado “procés”, la dinámica ideológica ha sido aceptar como contenido del mismo la destructiva ideología mundialsita, izquierdista y comunistas (de hecho es común ver en las manifestaciones banderas con la hoz y el martillo), y vemos como los votantes de Borràs, se refieren a un posible gobierno de ERC, JxC, CUP como una gobierno de los “nuestros”.
En la política catalana hay diferentes variables, pero la variable orden/caos es la determinante, porque sin orden una sociedad no puede crear anda, solo caer en la entropía de la autodestrucción, eso es lo que representan hoy JxC, ERC y CUP.
Para
nosotros nada hay más alegado de los
nada “nuestros” que la clase "procesista"
que está destruyendo a Cataluña
como identidad y como sociedad.
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