Mucho se ha
hablado en los últimos meses sobre VOX, un partido nacido básicamente del odio
a lo catalán y los vasco, increíbles son las declaraciones de su presidente Santiago
Abascal en las que llega a afirmar que el Barça es un instrumento del independentismo,
o en las que critica la política de cantera del Athletic de Bilbao definiéndola
como “etnicista y racista”. ¿Propondrá
también la ilegalización de estos dos clubes de fútbol? Tiempo al tiempo.
No vamos a
hablar en este artículo más de estos argumentos de todos conocidos, sino del
otro elemento de la propaganda a de VOX: la inmigración, tema en el que estamos
seguros que pronto decepcionará a muchos de sus votantes; de hecho las
contradicciones ya son evidentes, hablan de “controlar” (¿sólo controlar?) la inmigración
musulmana, pero al mismo tiempo hablan de abrir las puertas a la inmigración
sudamericana (es decir ecuatoriana fundamentalmente), e incluso propone repoblar la llamada “España interior” con
inmigrantes de ese origen, ¿un partido anti-inmigración que pide repoblar su
país con inmigrantes, curioso? Pero ya se sabe, los hermanos católicos que
hablan español… nosotros en Cataluña los conocemos bien, demasiado bien, y por
supuesto nos oponemos absolutamente a esta inmigración como nos oponemos (no
pretendemos “controlar) la musulmana.
La
mundialización es a la vez la última fase ideológica del liberalismo y la
ideología de la inmigración. El objetivo mundialista es el viejo objetivo
liberal de un país un mercado, pero a escala planetaria, su instrumento económico
es el ultra-capitalismo liberal, y por lo tanto desde el liberalismo, como se
define a sí mismo VOX, cualquier oposición real a la inmigración es falaz y
endeble. A VOX y a los liberales no les molesta –por definición- las fronteras
y abogan por la libre circulación de personas y mercancías como paradigma ideológico,
puede que usen alguna inmigración “molesta” como argumento electoral, pero su
ideología y sus principios son los mismos que provocan esa inmigración. Decía
Alain de Benoist que la inmigración es el “ejército de reserva del capitalismo”,
nada más acertado.
La inmigración es parte de la globalización liberal-mundialista,
y solo se puede solucionar desde las posturas ideológica contrapuestas a las
que la provocan: el anti-liberalismo, la crítica al capitalismo mundialista y
la lucha por las defensa de las identidades. Los pueblos enraizados frente al
mercado liberal globalizado.
Muchos son
los partidos en Europa que defienden lo que aquí decimos; en Cataluña lo hace
SOM Catalans.
Enric Ravello Barber.
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