divendres, 18 de novembre del 2016

LA VICTORIA DE DONALD TRUMP Y LA HISTERIA DE LO POLÍTICAMENTE CORRECTO.

La histeria.
Histeria generalizada en los políticamente correcto, basta e infantil manipulación en los medios de comunicación de todo el planeta, manifestaciones en las que se mezclaban desde el lobby gay-transexual, marginales sociales, resentidos, multi-fracasados, multi-culturales,  trasnochados de una izquierda mortecina, delincuentes mejicanos, bandas latinas, adornados por lloriqueos infantiles de niñas de colegio, patéticamente débiles y sensiblonas. Sólo por ese espectáculo impagable, sólo por eso la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU ya ha valido la pena.

Lo “políticamente correcto” ha demostrado que para ellos la democracia no es un principio político, sino un mero instrumento para logar imponer su proyecto mundialista, no creen en el llamado “poder del pueblo”, sino en el poder de sus elites y de sus medios de comunicación para mantenerse en el poder.

Porque lo más destacable de la victoria de Trump, es que supone la derrota de esa imbecilidad colectiva, absurda y destructora que es el “pensamiento único”  y con ello de sus medios de comunicación, de sus apoyos financieros y de la súper-elite mundialista.

La prueba está no sólo en la reacción de esos medios de comunicación, que "urbi et orbe" repiten el mismo discurso a modo de papagayos,http://fr.novopress.info/201697/trump-les-medias-se-trompent-et-vous-trompent/ sino en el constatar que las “protestas” –ridículas en número y grotesca en la forma- contra la elección de Trump, están financiadas por uno de los principales enemigos de Europa, de Occidente y de la humanidad, el financiero judeo-americano Georges Soros.


El triunfo del interior “blanco”
Algún medio de la acomplejada “nueva derecha francesa”, que  acostumbra a ocultar sus miedos y complejos con tediosos análisis, titulaba así uno de éstos: “no hay que racializar la victoria de Donald Trump”, http://www.alaindebenoist.com/index.php/2016/11/15/evitons-de-racialiser-la-victoire-de-donald-trump/, el mismo comentario que ha hecho Marine Le Pen, que parece querer aprovecharse de la victoria del Trump, pero sin asumir los aspectos más duros de su campaña electoral. Posiblemente Marine Le Pen vaya a quedar muy lejos del Elíseo en las presidenciales francesa, precisamente por eso por jugar a la “aceptación”, cuando su Trump ha ganado ha sido precisamente por la “diabolización”, Algo que ya ha señalado Jean-Marie Le Pen, muy contrario a la política de "desdiablización" de Marine y su equipo  http://www.lefigaro.fr/politique/le-scan/citations/2016/11/09/25002-20161109ARTFIG00231-pour-l-extreme-droite-la-victoire-de-trump-invalide-la-strategie-de-dediabolisation-du-fn.php.

Si hay alguna clave puede explicar la victoria de Trump es precisamente ésta: la racial.  El 70%  dela población blanca ha votado por él, personas tan vinculadas a la defensa de los blancos en Estados Unidos como David Duke han pedido el voto para él, el diario madrileño EL PAIS, publicada en su portada de su edición digital del pasado 12 de noviembre publicaba la siguiente información: “`Nuestra gente tuvo un papel enorme en la elección de Trump´, escribió en twitter David Duke”.  Vista la distribución de votos por estados, es obivo que todo el gran centro del país ha votado masivamente por Trump, mientras que sólo las estrechas franjas costeras del Pacífico y del Atlántico ha ganado Hillary, un problema de continuidad territorial para el establisment americano.
Otra realidad que los medios de comunicación han escondido es que las principales asociaciones de indios nativos americanos apoyaron a Donald Trump. Hay estúpidos que llegaron a decir que con Trump podría seguir el exterminio de indios, ése es su nivel de mentira y manipulación.

Las primeras medidas en política interior de Donald Trump, señalan que todo la gente que ha votado harta de la inmigración ilegal, no se ha equivocado, Trump sigue forme con su idea de reforzar la frontera con Méjico y ha anunciado la –lógica- expulsión del territorio de todos los ilegales y los delincuentes extranjeros, entre ellos los componentes de las criminales bandas latinas… sí ésos a los que el impresentable Joan Saura (ICV), propuso legalizar como “asociaciones culturales”. Anunciando a su vez medidas proteccionista y de castigo fiscal a las deslocalizaciones que tanto paro han provocado en los antiguos estados industrializados de EE.UU.


Cambios en la geopolítica mundial: de Europa a Oriente medio
El pensador ruso, Alexandre Duguin, afirma que la victoria del Trump supone el fin del mundo unipolar y de la expansión del globalismo, como bien señala el CFR y todos los lobbies mundialista habían apostado claramente por Clinton y habían criticado abiertamente a Trump.

Trump rompe con el liberalismo como praxis económica mundial, uno de los pilares del mundialismo, cae, y ello tendrá repercusiones económicas claras, como será el encarecimiento del comercio internacional, por la subida de fletes, y por tanto la reindustrialización de los países que apostaron equivocadamente por la deslocalización.  Esta postura de Trump también tendrá consecuencias económicas inmediatas en China, a la que Trump señala como gran “enemigo” económico de los EEUU., y para la que ya propone una dura política arancelaria. De hecho el rotativo francés LE MONDE afirma que la victoria de Trump es la derrota de Goldman Sach y de China http://www.lefigaro.fr/vox/monde/2016/11/11/31002-20161111ARTFIG00177-la-victoire-de-trump-c-est-la-defaite-de-goldman-sachs-et-de-la-chine.php.
Lo que también parece claro es que es la victoria de la sociedad norteamericana frente a la elite mundialista y transnacional instalada en los resortes del poder de su nación.

Si con China Trump anuncia un enfrentamiento comercial, con Rusia, el nuevo presidente americano, defiende una buena relación política, además de la sintonía personal existente entre él y Vladimir Putin, es decir absolutamente lo contrario de la provocadora y belicista política de Hillary Clinton.
Trump y Putin, están de acuerdo en la situación de Siria, y esto habrá que muy probablemente la guerra allí termine muy pronto. Lo que demostrará que si esa guerra seguía es por lo que muchos afirmábamos, el apoyo de la administración Obama a los terroristas islamista y la legalidad del régimen de Al-Asad.

Siria volverá a ser un lugar tranquilo y en poco tiempo próspero económicamente, capaz de reabsorber a sus refugiados -al menos los reales-; por supuesto no a todos esos que llegan en patera a Europa de los lugares más variados  por cierto también financiados por el judeo-norteamericano Georges Soros.


¿Y Europa?

Trump ha enterrado el TIPP, es la lógica de sus principios proteccionista y anti-liberales. Sólo por esa acción la política de Trump ha sido más favorable a Europa que la de todos los presidentes anteriores. El TIPP era un atentado contra nuestra economía y contra nuestra soberanía que pasada a estar contralada directamente por los lobbies jurídico-financieros de Estados Unidos, precisamente los enemigos de Trump. Hasta ahora sólo partidos como el FN, FPÖ. AfD se habían opuesto a este Tratado que la burocracia de Bruselas estaba dispuesta a firmar, ahora esta amenaza queda liquidada.
Pero que nadie crea que Trump piensa en términos europeos, ni que va a solucionar ninguno de los problemas de Europa, ni que su victoria puede tener efectos directos sobre la política europea. Eso es infantilismo político. Europa debe buscar vías de solución a sus propias contradicciones y la victoria de Trump supondrá un nuevo escenario en el que Europa deberá actuar de forma clara, y nunca de forma seguidista hacia los Estados unidos ni su nuevo presidente, y en este sentido conviene leer los artículos de Gabriele Adinolfi en www.noreporter.org.

Por su propia lógica geopolítica, Trump tenderá a desentenderse de Europa, lo que sería positivo si nuestra clase política aprovechara esto para ir creando un poder militar y política europeo autónomo de los EE.UU –cosa que dudamos- pero también tenderá a potenciar su fragmentación (euroescepticismo) y jugar la baza británica, lo que es negativo. Pero la reacción que pueda haber en Europa a la administración Trump, no es cosa de Trump, sino de los europeos, y por lo tanto de otro artículo.

Donald Trump  jurará el cargo de presidente de  Estados Unidos en enero de 2017, a partir de entonces juzgaremos sus acciones, pero de momento nos quedamos con las carcajadas y las alegrías que nos provocados las histéricas reacciones a su victoria. Como dice el italiano, Adriano Scianca, eso ya no nos lo podrá quitar nadie http://www.ilprimatonazionale.it/esteri/le-oligarchie-lo-normalizzeranno-presto-ma-per-ora-trump-ci-strappa-un-sorriso-52605/. Impagable


 Enric Ravello Barber.



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