Hace 70 años Colonia fue víctima de brutales bombardeos por
parte de la aviación aliada que destrozaron la ciudad hasta convertirla en un
montón de cenizas. 70 años después Colonia vuelve a ser castigada colectivamente,
esta vez por el terrorismo-sexual de los inmigrantes “invitados” por el
gobierno alemán bajo el pretexto de ser “refugiados de guerra”. Robos, ataques, violaciones masivas, como ha
declarado uno de las líderes Alternativa für Deutschland (AfD), Frauke Petry: “las agresiones
masivas a las mujeres en Colonia, hacen pensar en el Estado de no-derecho del
final de la Guerra”.
Si hay algo especialmente repugnante son estos asaltos
masivos y organizados contra las mujeres europeas por parte de los inmigrantes,
asaltos que se repiten a lo largo y ancho La intención de los mismos es mucho más grave
y profunda de los que los medios de desinformación plantean: se trata de
expresar el desprecio a la mujer europea, se trata de imponer el dominio
territorio sobre zonas y barrios de las ciudades europeas, y a su vez son la
prueba objetiva de la progresiva desvirilización que está sufriendo la sociedad
europea.
de todo nuestro continente.
Desvirilización entendida como la define el pensador francés
Guillaume Faye: “Debilitamiento de los valores de valentía, en beneficio de los
valores xenófilos, homófilos y humanitaristas”, la desvirilización es la fase
previa que pasa toda sociedad antes de llegar a la decadencia y la destrucción.
Una desvirilización promovida y proclamada por una clase intelectual-mediática
y puesta en práctica por la clase política hoy incapaz ni siquiera de defender
a nuestra mujeres. Nada más vergonzoso que las declaraciones de la alcaldesa de
Colonia y del alcalde de Viena, recomendando a las mujeres no salir solas por
la noche o adaptarse y comprender la mentalidad de los inmigrantes musulmanes
para no “provocarles”. Simplemente
repugnante.
Europa ha de reaccionar ya, es urgente, no hay más tiempo, y
reaccionar quiere decir organizarse, implicarse, asociarse y movilizarse,
contra la violencia inmigrante, y contra una clase política que, pongamos a
Angela Merkel como ejemplo, aún no ha sido capaz de detener a ninguno de los agresores
de Nochevieja pero ordenaba reprimir con fuerza y dureza especial la
manifestación de protesta que tuvo lugar en Colonia el pasado fin de semana.
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