dijous, 12 de juny del 2025

RUMANÍA, PORTUGAL Y POLONIA: TRES CITAS ELECTORALES DE IMPORTANCIA PARA LA RECONFIGURACIÍN DEL PANORAMA POLÍTICO EUROPEO.

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En Rumanía el complicado y discutible proceso electoral se cerró con la victoria del candidato liberal Nicusor Dan, sobre el nacionalista George Simion en la segunda vuelta del pasado 18 de mayo. El proceso electoral rumano venía muy cuestionado por la anulación de una primera vuelta celebrada el 24 de noviembre, en la que el candidato nacionalista Calin Georgescu se impuso con un 22% y su posterior inhabilitación cuando las encuestas le seguían dando vencedor tanto en el primero como en el segundo turno.

Tras la muy discutible prohibición de Georgescu para presentarse, el nacionalismo rumano propuso como candidato a George Simion quien venció la primera vuelta con un importante margen de holgura, un 40,6% frente al 21% de Nicusor Dan. La segunda vuelta fue una constante campaña de todos los medios de comunicación apoyando al liberal Dan, que sólo pudo ganar por la gran movilización de votantes abstencionista que se decantaron por él, tras una presión mediática y una campaña “del miedo” respecto a la permanencia de Rumanía en la UE. Simion denunció las claras injerencias del gobierno francés en la campaña electoral, solicitando la anulación de esta segunda vuelta, pero el Tribunal rumano desestimó la denuncia del candidato nacionalista. La victoria liberal priva a los nacionalistas de la presidencia, pero puede ser una victoria pírrica porque en las primeras encuestas para las elecciones legislativas, después de los resultados de las presidenciales, el partido nacionalista AUR presidido por Simion logra su más alto cuota de apoyos popular con el 35% de intención de voto (en las anteriores legislativas logró el 18%). El panorama sigue abierto en Rumanía.

 

Las elecciones legislativas lusas del 18 de mayo se resumen en tres puntos:

La consolidación de la colación Alianza Democrática, de centro-derecha, como primera fuerza del país (32,72%), lo que supone la revelación de Luis Montenegro de primer ministro.

La debacle de la izquierda, extrema y moderada, en un país que tradicionalmente ha votado en esta clave. La señal más evidente es el descalabro del antes todopoderoso, Partido Socialista que con un 22,83% de votos y 58 diputados, es la segunda fuerza en votos, pero la tercera en escaños.

El importante ascenso del partido nacionalista CHEGA, con 22,76% de apoyos y 60 diputados, lo que le convierte en la segunda fuerza parlamentaria y primer partido de la oposición. CHEGA se ha convertido en un actor principal de la escena política portuguesa a pocos años de su fundación. En las presentes elecciones las encuestas no le daban un resultado tan importante, hasta que su presidente André Ventura, decidió endurecer el mensaje anti-inmigración y usar el concepto que se ha hecho central en el discurso nacionalista europeo: la remigración.

Karol Nawrocki (50,89%), apoyado por del PiS (nacionalismo conservador) será el próximo presidente de Polonia tras imponerse al liberal Tizas Kowski (49,11%) en las presidenciales del pasado mes de mayo. En clave interna el resultado puede llevar al bloqueo político porque la convivencia entre un presidente nacionalista y el gobierno liberal de Varsovia encabezo por Tusk puede provocar que éste se vea en la necesidad de llamar a las urnas. Muy destacables son los resultados obtenidos en la primera vuelta por los candidatos nacionalistas más radicales, Slawomir Mentzen (14%) y Grzegorz Braun (6,7%) sin cuyos votos Nawrocki, que quedó segundo en la primera vuelta (29,54%) no hubiera podido convertirse en el presidente de Polonia.